Se llama así porque en su entrada habitaban numerosas chovas piquirrojas (en gallego choias), que tienen el pico curvado y rojo.
La gruta consta de tres niveles, siendo el intermedio el más interesante debido a la presencia de caprichosas formaciones rocosas modeladas por el paso del tiempo y por la acción humana.
A unos setenta y cinco metros de la entrada, en la pared de la derecha, se abre una galería que comunica con el nivel inferior.
El paso de un nivel a otro es difícil a causa del ligero desnivel y del suelo resbaladizo, por lo que conviene extremar las precauciones.
Aquí se localizan otras cinco galerías, de las que solo la central tiene salida al exterior, aunque se halla tapada por la maleza.