Los tazones cantadores se usan en Asia en el budismo para meditación, inducción al trance y relajación.
Existen dos formas de tocar los cuencos tibetanos: Batido y percusión.
La percusión es un golpe que se efectúa en el borde exterior del cuenco y el batido es friccionar el borde con la baqueta hasta que el cuenco comienza a emitir un sonido.
Los cuencos tibetanos pueden tener un tamaño que oscila entre los 10 cm de diámetro hasta incluso 1 metro.
Los tazones cantadores han sido históricamente fabricados en Tíbet, Nepal, India,[1] Bután, China, Japón y Corea.