Crónica de una desaparición

Suleiman protagonizó la película con un reparto conformado por miembros de su familia y amigos.

[2]​ La compañía Dhat Productions se encargó de producir el filme,[3]​ que no tiene un arco argumental definido.

Suleiman se interpreta a sí mismo regresando a Israel después de una larga ausencia, a la que siguen una serie de viñetas y bocetos apenas conectados entre ellos, que pretenden transmitir los sentimientos de inquietud e incertidumbre provocados por la apatridia palestina.

Recibió aclamación internacional[5]​ y fue exhibido en la edición número 53 del Festival Internacional de Cine de Venecia en 1996, donde ganó el premio a la mejor película.

Dentro de la película, no surge una trama real o el desarrollo del personaje.