Cornus sanguinea, el sanguino o sanguiño, también conocido como cornejo,[2] es una especie perteneciente a la familia de las cornáceas.
Requiere suelos frescos y ligeros, pero no presenta marcada preferencia por su naturaleza química.
Su área natural abarca casi toda Europa y Asia occidental.
Se utilizaba para hacer mangos de herramientas y pequeñas piezas torneadas.
Las ramas delgadas se utilizaban para cestería, y las más gruesas para tutores de jardinería.