Ciudad de Dios

Forman el denominado «Trío Ternura» y roban camiones de gas, entre otras cosas.

Dadinho y Bené (hermano de Cabeleira, el bandido más respetado del momento en la favela) son niños de 11 años que siguen a estos tres delincuentes y desde esa edad se van metiendo en el mundo del crimen.

Una noche los jóvenes del trío Ternura asaltan un hotel acompañados por Dadinho, el cual les había dado la idea.

Dadinho quiere entrar al hotel, pero Cabeleira, burlándose de él, le pide que vigile afuera y que cuando venga la policía le pegue un tiro a un vidrio de una ventana, para así poder escapar.

Dadinho entra al hotel y mata a todas las personas que están allí solo para saciar sus ganas de asesinar.

Los tres jóvenes habían prohibido matar a la gente para no meterse en problemas.

Por su parte, Bené se replantea su vida al no querer seguir el mismo camino luego de comenzar a salir con Angélica, aun cuando Zé Pequenho le dijera que el territorio perteneciente a Zanahoria sería suyo.

Bené niega dicha propuesta y junto con Angélica, planean mudarse a una granja lejos de la favela.

Thiago, un amigo de Rocket y Bené, se une a Zé Pequenho al sentirse atraído por el negocio.

Ya en la década de 1980, la guerra entre Zé Pequenho y Zanahoria sigue en curso.

Un día, Zé Pequenho ve que en el periódico Jornal do Brasil donde se hablaba de Galinha, no aparece alguna fotografía suya, así que le pide a Thiago tomarle la fotos, pero este llama a Rocket para tomarlas.

Marina, una reportera del citado periódico, publica las fotos, y Rocket, al presagiar que Ze Pequenho lo asesinará por publicarlas, la confronta pidiéndole que le regrese las fotos; ella lo tranquiliza invitándolo a dormir en su casa (ya que Rocket teme pasar por la favela), donde pasan la noche y Rocket tiene su primera relación sexual.

Zé Pequenho se muestra satisfecho de finalmente ver su nombre y foto en los diaríos.

Rocket se plantea si publicar una foto en la que se expone la corrupción de la polícia y hacerse famoso, o la foto del cadáver de Zé Pequenho, que le conseguiría una pasantía en el periódico.

Mucho fue improvisado, ya que la mayoría del reparto no tenía experiencia en la actuación.

También tuvo éxito correspondiente a nivel internacional, cosa poco corriente para una película de Brasil.

Sus grandes triunfos son el guion muy bien construido y la consistencia de la mise-en-scène".

El director Fernando Meirelles en el estreno austriaco de la película 360 (Volkstheater de Viena ).
Cidade de Deus , la favela en la que está ambientada la película del mismo nombre (fotografía de 2015).