Sin embargo, y según diversas fuentes, la ordenación de su creación llegó recién en 1831, y solo comenzó su funcionamiento en 1833.
[1] En 1880 se realizó el cierre perimetral, gracias a la donación de terrenos a la municipalidad de Manuela Rodríguez.
En el año 1896 el cementerio estableció protocolos para la inhumación, y se urbanizó el terreno, para recibir de mejor manera a los visitantes.
En los años siguientes se construyeron escaleras para llevar a los deudos al cerro Mayaca.
[3] Dentro del cementerio se ubica la tumba del Cacho Ochoa, delincuente de nacionalidad argentina que tiene más de cien placas de agradecimientos por los favores concedidos.