Fue construido por la familia Hurtado de Mendoza (siglos XV-XVI).
El castillo se puede fechar en el siglo XV, poseyendo algunos elementos característicos del momento como es el adarve volado sobre una ménsula, varias puertas con arcos góticos, protegidas por matacanes, y unas troneras redondas.
Las restauraciones iniciadas a principios del siglo XXI se han centrado en las almenas, los arcos y la galería porticada.
Levantado en aparejo de buena calidad, mezcla sillería y sillarejos.
En su interior destaca el patio porticado renacentista, con doble galería y bella decoración de yesería plateresca en la superior.