Anteriormente había sido gerente del Banco Central Hipotecario.
En 1994, se le realizó un homenaje póstumo en la Universidad de la Sabana, sitio del cual había promovido su fundación, donde se señaló que: "Londoño Mejía fue solidario en lo económico, progresista en lo social, independiente en lo político, aperturista en lo humano, artista en lo cultural, renovador en lo espiritual, y ante todo un cooperativista y solidario institucional."
En estas obras expresó su principio de que "el dinero y su productividad no pueden ser el móvil más importante de la actividad económica", proponiendo en cambio que la primera motivación para todo trabajador y empresario debe ser el "logro social y humano" por encima del "lucro material y económico".
En este sentido criticó el salvajismo de algunos sistemas económicos que buscan el lucro a toda costa.
Llegó a ser condecorado por los gobiernos de Colombia, Ecuador y Bolivia.