Viajó a Argentina, poco después, para estudiar en el instituto de fotografía “Sandy” y al mismo tiempo colaboró con la revista deportiva El Gráfico.
En 1954 retornó al Perú, trabajando como reportero gráfico en los diarios Impacto, Presente y La Tribuna; pero es durante su trabajo en la revista Caretas (1963-1970) que adquirió notoriedad por su audacia para conseguir las mejores imágenes.
Se desempeñó como jefe de fotografía, colaborador gráfico en diversos diarios nacionales y extranjeros.
[6][7] Fue considerado como el mejor reportero gráfico del siglo XX en el Perú y su archivo es el único que guarda fotografías inéditas de personajes del mundo cultural, político, social.
Ilustró un sinfín de libros y su labor social de mostrarle al mundo la realidad peruana se vio plasmada en su edición maestra: Los peruanos (primera y segunda edición).