Siempre nos quedará mañana

La ciudad está dividida, al igual que el resto de Italia, entre la pobreza y la trágica devastación bélica dejada por la Segunda Guerra Mundial.

Después de varios encuentros, William se ofrece a ayudarla al notar los moretones en su cuerpo.

Además, Delia recibe una carta cuyo contenido no se revela y, aunque inicialmente piensa desecharla, decide conservarla.

Ivano apoya este matrimonio, intuyendo los beneficios económicos que podrían derivarse de él.

Al ver a Ivano dirigirse hacia ella, Delia piensa en salir corriendo, pero en el último momento se detiene y gira para mirarlo, imitada por las demás mujeres presentes, lo que hace que su marido se vaya.

La banda sonora fue realizada por Lele Marchitelli, y alterna composiciones originales con canciones ya existentes.

[37]​ Paolo Mereghetti, en una reseña sobre la película para el Corriere della Sera, escribe que el trabajo de Paola Cortellesi es «definitivamente extraordinario» ya que las elecciones de dirección «intentan encontrar un equilibrio inesperado entre un tono realista y otro más ejemplar y didáctico», constatando en algunas soluciones cierta «ingenuidad», pero reconociendo que son «consecuencia de la ambición y la originalidad puestas en juego».

El periodista subraya que aunque no todo resulte equilibrado, el guion «aporta un nivel cinematográfico superior» al proyecto, apreciando «los ritmos cómicos y todas las interpretaciones», especialmente las de Emanuela Fanelli, Paola Tiziana Cruciani y «la hermosa sorpresa» de Romana Maggiore Vergano.

[26]​[43]​ Luisa Garribba Rizzitelli del HuffPost Italia cree que la película presenta «algo revolucionario y lleno de esperanza», ya que no está dirigida «a las mujeres [...], sino a sus compañeros, sus hermanos, sus padres, [que] no pueden evitar verse reflejados en la secuencia de episodios despiadados: el poder masculino excesivo desvirtuado por los privilegios de la cultura todavía patriarcal».