Boy (relatos de la infancia)

Boy (relatos de la infancia) es un libro escrito por Roald Dahl, en el que el autor cuenta diversas aventuras acontecidas a su niñez tanto tristes como maravillosas aventuras.

Desafortunadamente, el médico llegó tarde y en estado de embriaguez, lo que llevó a un error médico que resultó en la necesidad de amputar el brazo izquierdo.

Harald llevó a su esposa francesa llamada Marie, con quién adquirieron juntos un local mayor.

Al cabo de pocos años compró una casa en el pueblo de Llandaff y allí Marie le dio una niña y un niño, pero murió al dar luz a este último.

Debido a ser seis hijos en la familia, compraron una casa más grande.

Tenía seis años al morir, Astri era la predilecta de Harald, por eso le dejó sin habla, tan triste estaba que cuando él se puso malo le dio igual vivir o morirse, así que se murió con cincuenta y siete años.

La madre de Boy había perdido una hija y un esposo en pocas semanas.

Tenía cinco hijos que atender, tres de ellos propios y aun esperaba otra criatura.

Y con seis peniques que les daban de asignación semanal acudían a comprar.

Capítulo IV: El gran complot de la rata La dueña de la confitería, la señora Pratchett era muy tacaña, por eso Boy y sus cuatro amigos le prepararon una broma con una rata muerta que encontraron.

Capítulo V: El señor Coombes La mañana siguiente, aún duraba la exaltación en la victoriosa hazaña del ratón muerto.

Capítulo VI: La venganza de la señora Pratchett Boy y sus cuatro amigos fueron azotados por el director en su despacho.

Pasaban la mayor parte del tiempo sentados, bestepapa en una silla fumando una extraordinaria pipa, y bestemama en su mecedora, meciéndose.

Capítulo IX: Una visita al médico En las vacaciones estivales en Noruega, Boy sólo tiene un recuerdo desagradable, cuando le quitaron las adenoides.

Capítulo X: El primer día Con nueve años, Boy fue internado en una escuela inglesa cercana a su casa llamada St.

El primer día de curso, todo lo que Boy llevaba puesto era nuevo.

Peter's la celadora ejercía el mando supremo, cuando menos se lo esperaban, asomaba la cabeza en el dormitorio y mandaba a los que hacían escándalo al despacho del director.

Una vez los hizo salir todos al pasillo para descubrir quien había tirado azúcar allí, como nadie dijo nada, les confiscaron las llaves de sus cajones particulares y los paquetes que les mandaban sus madres.

Durante las dos primeras semanas quería simular un ataque fulminante de apendicitis aguda.

Engañó a la celadora y al médico de su escuela, pero al regresar a casa, el doctor Dumbar era más competente y se dio cuenta, le hizo prometer que no lo haría más y le dejó quedarse en su casa tres días más.

Capítulo XIV: Un paseo en automóvil En las vacaciones de Navidad, Boy y su familia salieron a dar su primer paseo en el primer automóvil que tenían, lo conducía la hermanastra de Boy, al llegar a una curva la conductora no supo que hacer y se fueron a estrellarse y empotrarse en el seto, Boy resultó herido, casi le saltó la nariz, volvieron al coche y fueron al médico, él le cosió la nariz, la madre de Boy le regaló un soberano de oro.

Cuando Boy hacía 2º curso le azotaron seis veces por pedir una pluma a su compañero delante de Hardcastle.

Capítulo XVII: Tabaco de cabra Cuando Boy tenía nueve años su hermanastra se prometió para casarse.

Para vengarse Boy puso unas cagarrutas de cabra en su pipa, toda la familia lo observó pero no le dijeron nada.

Capítulo XXIV: Deportes y fotografías A Boy se le facilitaban los deportes, llegó a ser capitán de los cincos y capitán de squash.

Era quién organizaba partidos con otros colegios, decidía la composición del grupo y otorgaba "colores" a los demás alumnos deportistas destacados.