Boyero de Flandes

Su característica más notable es su impresionante cabeza, acentuada por una tupida barba y bigote.

Las orejas y cola en ocasiones son recortadas, aunque esta práctica va cayendo en desuso.

El tupido pelaje cuenta con una capa subyacente y puede ser desde un color leonado hasta negro, requiriendo cepillado constante y, en caso de perros de concurso, un recorte cada 6 u 8 semanas.

Es un perro que aprende rápidamente, aunque también se aburre fácilmente de modo que requiere estímulo constante y el entrenamiento de obediencia es esencial.

Se trata de una raza relativamente saludable y poco predispuesta a padecimientos específicos.

Un boyero de Flandes parado.