Estos billetes están fabricados con un polímero de polipropileno biaxialmente orientado (BOPP), que aporta un gran avance en términos de conservación y durabilidad del billete.
En los años 1980 se emitieron algunos billetes de polímero de un tipo denominado Tyvek, pero este tipo de billetes no logró implantarse con satisfacción, y los tres únicos países que adoptaron esta tecnología para su cono monetario, Costa Rica, Haití e Isla de Man, desmonetizaron dichos billetes al poco tiempo de su emisión.
Estas características incluyen la calcografía y tipografías de imprenta, las imágenes latentes, el cambio de color según la inclinación del billete, la microimpresión, y las imágenes de fondo.
Los hilos de seguridad también se pueden incrustar en el billete de polímero, estos pueden ser magnéticos, fluorescentes, fosforescentes, microimpresos, etc. Al igual que el billete de papel, el de polímero puede ser impreso con relieves y zonas sensibles al tacto para su mejor identificación por personas con deficiencias ópticas.
Esta ventana los hace fácilmente identificables y a su vez, prácticamente infalsificables.