El último ejército debería tomar Siracusa y luego dirigirse rápidamente a Mesina, rodeando el Monte Etna, con el objetivo de cortar el escape enemigo al estrecho de Mesina.
Aunque Benito Mussolini exigió que Sicilia fuera defendida exclusivamente por unidades italianas,[1] el XIV Cuerpo Panzer se encontraba en la isla al mando del general Albert Kesselring.
Unas tres horas después de los lanzamientos, se inició el desembarco en Licata Mollarella Poliscia.
Para el 15 de julio, las fuerzas de Patton habían extendido la línea del frente hasta Agrigento, pero los británicos se habían topado con una seria oposición en las faldas del Etna y no lograban abrirse camino hasta Mesina.
Debido a las vagas y contradictorias órdenes del mariscal Alexander, el general Patton se tomó la autonomía necesaria para realizar un arriesgado avance hacia Palermo, que conquistó el 22 de julio.
Aunque la operación fue aclamada como un éxito, se calcula que unos 100 000 soldados y 10 000 vehículos del Eje escaparon a Italia.
Debido a la superioridad naval y aérea aliada, el hecho de que escaparan tantos soldados es considerado una victoria del Eje.
Este desembarco tuvo una influencia directa en el sangriento frente oriental, donde los alemanes estaban ejecutando la operación Ciudadela.
No obstante, su efectividad quedó probada y fueron utilizadas de nuevo en la operación Overlord, en el desembarco en Normandía.