[3] Los holandeses habían estado abasteciendo a los rebeldes americanos y sus aliados franceses durante años.
La situación política de los Países Bajos era turbulenta, y ello redundó en una completa inacción contra la acción naval británica.
[5] Finalmente, se decidió enviar una flota mercante bajo protección de una significativa fuerza naval militar, comandada por Johan Zoutman.
El número de bajas fue elevado y supuso una victoria estratégica británica.
Los holandeses, aunque celebraron la batalla como una victoria, no volvieron a sacar su Armada de puerto durante toda la guerra, y vieron su comercio naval seriamente dañado.