Suave desde el sur, muy inclinada desde el norte, el Babia Gora es el hogar de osos, linces, lobos y otras especies así como flora alpina única a esta altitud.
Los primeros intentos de proteger la zona se hicieron en los años treinta.
En 1933, se estableció en el lado polaco la Reserva Natural de Babia Gora.
La nieve puede permanecer en las laderas septentrionales y en las gargantas estrechas hasta el verano.
Sin embargo, las facilidades para esquí son muy restringidas debida a la protección de la zona.