Su primer gran recorrido fue, en 1872, la travesía valle de Gaube-valle del Lutour.
El encuentro con Paul Edouard Wallon confirmó su vocación pirineística, y por recomendación de Franz Schrader entró en el CAF.
Con sus instrumentos y sus observaciones, los españoles lo confundieron con un espía a sueldo del ejército francés.
Por fin prosigue sus campañas cartográficas en la Pierre Saint-Martin y el pico del Acherito.
Aunque su trabajo sobre el terreno cesó cuando alcanzó los setenta años, no lo hizo su intensa actividad en las distintas asociaciones de las que fue miembro y, a menudo, fundador y presidente.
No perdió su dinamismo ni en sus últimos momentos, ya casi con noventa y ocho años.