En el ataque murieron veinticinco personas, incluidos cinco niños, y al menos otras ciento once resultaron heridas.
[1][2][3] Rusia también informó que habían derribado treinta y un drones en otras ciudades rusas ese mismo día.
[5] En los días siguientes Rusia lanzó 49 drones contra diversos objetivos ucranianos en represalia.
[13] Aunque Ucrania no reivindicó de forma explícita el ataque, en su discurso nocturno del viernes, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo que su país continuaría «trabajando para hacer retroceder la guerra» a «donde vino: a Rusia».
La inteligencia ucraniana desestimó las alegaciones rusas, afirmando que eran «los engaños enfermizos del régimen terrorista».
Ese mismo día el Ministerio de Defensa ruso informó que la defensa aérea había interceptado treinta y seis drones sobre la península de Crimea, si bien no dio datos sobre víctimas o daños materiales.