Sin embargo, así como no hay un solo grupo característico étnico o cultural, tampoco se puede reconocer un estilo peculiar estadounidense en las artes.
Convencionalmente, el arte ha sido producido y disfrutado con un mínimo de apoyo o control directo del gobierno.
En realidad, una de las cualidades que ha distinguido a la cultura ha sido su incapacidad para esperar apoyo financiero por parte del gobierno.
No obstante, es esta misma unión la que ha contribuido a despertar el ingenio y la experimentación cultural.
La cultura en Estados Unidos parece haber florecido precisamente debido a su independencia respecto al control gubernamental y sus subsidios.
Otro desarrollo significativo, en contraste con las prácticas anteriores, ha sido una cautelosa pero creciente participación de los gobiernos federal y estatal en el apoyo a las artes, particularmente al disponer subvenciones para las instituciones culturales.
No obstante, toda esta subvención oficial sigue siendo pequeña si se la compara con las aportaciones privadas para las artes.