Un apeadero es una instalación ferroviaria que permite el acceso de los viajeros a los trenes y el descenso de los mismos.
El mismo se caracteriza por no poseer desvíos, ni cambios de vía, y en la mayoría de los casos ni siquiera cuentan con refugio o boletería.
La señal que indica su aproximación se encuentra a 500 metros del mismo y se la conoce por ser un disco de fondo blanco con dos líneas negras perpendiculares.
Además, se localiza especialmente en pueblos donde la demanda es muy pequeña y no requiere una instalación mayor, puesto que un apeadero es prácticamente un andén con un panel informativo.
Desde un apeadero no se puede expedir un tren (excepto en algún caso, como en Playa y Grao de Gandía), por lo que un tren que realiza parada en un apeadero tiene que haber salido y tener como destino una estación.