Junto a estas historietas sentimentales, Roso también dibujó cuadernos de aventuras como Hazañas de Mac Larry el Temerario y en 1961 se retiró dedicándose a la pintura artística y el portadismo.
La popularidad del personaje le llevaría a encabezar su propia revista de historieta, dirigida a un público femenino juvenil, en la que se incluían páginas de diversos autores.
En 1956, su historieta desapareció de la portada, pasando el año siguiente a ser dibujada en páginas interiores por Ripoll G. y en 1958 por Pérez Fajardo.
Florita tuvo éxito por su enfoque realista, consiguiendo que el público adolescente se identificase con un personaje moderno en estética y actitudes y que evolucionaba con el paso del tiempo.
Aparecía siempre con un modelito nuevo, cuyos patrones se facilitaban también en la revista.