Protegida desde la primera infancia, Katie Price vive con una sensibilidad potencialmente mortal a la luz solar causada por la rara condición genética, xeroderma pigmentosum (XP).
Katie sale de la casa todas las noches, una vez que se pone el sol.
Él regresa al día siguiente y se lo da a Katie cuando ella aparece para recuperarlo.
Charlie menciona ver el amanecer y Katie corre a casa con miedo.
Katie entra corriendo, mientras que Morgan y Jack vuelven a casa poco después.
Charlie todavía está confundido en la puerta principal, y Morgan le explica la condición de Katie.
Katie comienza a experimentar espasmos en su dedo, lo que le impide tocar la guitarra.
Katie navega con Charlie, siente la luz del sol y pasa sus últimos momentos con él, muriendo poco después.