Las escasas referencias escritas que se tienen de este artista son a menudo contradictorias.
La formación Altichiero se produjo en Verona, ligada por entonces a la familia Visconti, gobernantes en Milán.
Pero su obra, con rasgos de gran dramatismo y acentos clásicos, muestra una notable complejidad, teatralidad, refinamiento y delicadeza en el tratamiento del espacio que se relaciona con el Gótico de finales del siglo XIV.
Destaca también por la elegancia en la descripción del ropaje, en la atención a la fisonomía de los rostros y en los pequeños detalles de la vida cotidiana que se reflejan en todos sus frescos.
Hacia 1371, trabajó en Padua decorando la tumba Dotti en los Eremitani —destruida por los bombardeos de 1944—.