Los germanos llegaron al Parque de los Príncipes con la vitola de favoritos, más aún cuando el seleccionador Sepp Herberger había sumado nueve jugadores austriacos al bloque que quedó tercero en 1934.
[1] Gauchel puso al cuadro teutón por delante, pero los suizos plantaron cara y empataron por mediación de André Abegglen.
Sin más goles en el tiempo reglamentario y prórroga, fue necesario un desempate.
Cinco días después, el 9 de junio, el técnico helvético Karl Rappan dispuso sobre el campo un tercer defensa por detrás de los dos habituales, una técnica conocida como «cerrojo».
[2] De este modo, Suiza venció por 4–2 y dejó fuera a los alemanes.