El conjunto incluye así mismo pinturas antiguas, muebles, arte africano y objetos de diseño.
Barnes era considerado como una figura excéntrica o atípica en la alta sociedad estadounidense, pues sentía una pasión por educar a los más desfavorecidos, fomentando su acceso al arte frente al elitismo predominante en los museos de la época.
Albert Coombs Barnes nació en Filadelfia, en una familia de clase trabajadora; su padre era carnicero.
Lógicamente no pertenecía a la alta sociedad de Filadelfia, hacia la cual mantuvo un claro rechazo incluso cuando ya era un acaudalado empresario y coleccionista.
Sin embargo, sus gustos artísticos eran demasiado audaces para la época, ya que la alta sociedad de Filadelfia era más conservadora.
Creó su Fundación para permitir a los visitantes tener un enfoque directo, incluso "práctico" de la colección.
La alta sociedad local, encabezada por el magnate y coleccionista Walter Annenberg (director del Inquirer) tenía gustos artísticos más tradicionales.
En marzo de 1925 Barnes escribió el ensayo "Arte Negro y América", que fue editado por Alain Locke.
Estas decisiones eran sumamente polémicas en la época, por no decir escandalosas, ya que el racismo era todavía predominante en la alta sociedad de Filadelfia, a la cual (por su poder económico y aficiones) Barnes debía pertenecer, pero de la cual se mantenía alejado.
No quería salas abarrotadas por turistas, sino una contemplación más pausada y sincera de las obras.
No fue sino hasta 1951, tras la muerte del señor Barnes en accidente de automóvil, que la colección abrió al público regularmente dos días a la semana.
Ese horario fue ampliado ligeramente en 1967, y aunque Barnes no tuvo descendientes ni herederos directos, durante tres décadas la fundación mantuvo una férrea gestión gracias a que la presidió una ayudante del mecenas: Violette de Mazia.
Finalmente cuando los cuadros regresaron, hicieron una última parada en el Museo de Arte de Filadelfia, institución que Barnes detestaba porque había sido favorecida por Annenberg y otros magnates que le criticaban.
A fin de conciliar el flujo turístico con los deseos educacionales del señor Barnes, la Fundación afirmó que mantendría su sede primitiva para seguir formando a los jóvenes, labor que también se desarrollará en su nueva sede, la cual sumará pupitres y demás equipamientos necesarios.
Barnes y su esposa Laura compraron una propiedad del siglo XVIII en el municipio de Pikeland, Pensilvania, y la llamaron "Ker-Feal" (en bretón, "Casa fidedigna") inspirándose en el nombre de su perro favorito.
Los cuatro últimos libros fueron escritos junto con su ayudante Violette de Mazia, quien siguió cuidando la Colección Barnes cuando él falleció.