[1] Existe una leyenda de cómo la Muchacha Pagana terminó grabada en el acantilado.
Cuando los viajeros regresaban le dejaban comida bajo el Prisank, así que nunca tenía sed o hambre.
Una noche la ninfa visitó a una vaquera alpina en Trenta, que acababa de tener un hijo.
Como la madre dormía, la muchacha pagana se acercó silenciosamente al niño y le predijo que llegaría a ser el cazador que dispararía a Zlatorog, con cuyos cuernos ganaría una riqueza fabulosa.
Cuando sus hermanas ninfas oyeron esta profecía, la maldijeron por predecir la muerte del Zlatorog.