La ceremonia de firma tuvo lugar en Ginebra.
El acuerdo establece que los conflictos entre los países «no se resolverán por la fuerza militar sino por medios pacíficos».
[2] Así, el acuerdo reforzó el compromiso de Israel y Egipto de cumplir con la Resolución 338 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y fortaleció las relaciones diplomáticas entre Egipto, Israel y Estados Unidos.
[3] El propósito de este acuerdo, a los ojos de los egipcios, era recuperar la península del Sinaí (que había sido ocupada por Israel desde 1967) como fuera posible a través de la diplomacia.
Aunque el acuerdo fortaleció la relación de Egipto con el mundo occidental, disminuyó sus relaciones con otros miembros de la Liga Árabe (especialmente Siria y la Organización para la Liberación de Palestina).