Activo circulante
Además, se consideran corrientes a aquellos activos aplicados para la cancelación de un pasivo corriente, o que evitan erogaciones durante el ejercicio.Son componentes de activo corriente las existencias, los deudores comerciales y otras cuentas a cobrar, las inversiones financieras a corto plazo y la tesorería.[1] El Plan General de Contabilidad de España comprende dentro del activo corriente los activos vinculados al ciclo normal de explotación que la empresa espera vender, consumir o realizar en el transcurso del mismo.Cuando el ciclo normal de explotación no resulte claramente identificable, se asumirá que es de un año.[2] Los demás elementos del activo se clasificarán como no corrientes.