Las flores alcanzan los 4 mm, y son estériles, reproduciéndose rizomáticamente; el ovario es vestigial.
Prefiere las tierras húmedas y las costas de aguas lentas o estancadas.
Su raíz se empleaba como anestésico y estimulante contra la fatiga por la asarona que contiene; en dosis mayores, produce efectos alucinógenos.
Walt Whitman empleó esta o la raíz del estrechamente emparentado Acorus americanus.
Contiene escasos taninos, aceite esencial (1,5-3,5%), rico en asarona y compuestos sesquiterpénicos, entre los que destaca la acalamona.
La esencia se hace viscosa llegando a densidad del 0,36 %, el rendimiento está entre 1 y 4 %.
Se utiliza como aperitivo, eupéptico, por sus principios amargos; carminativo, diurético, sedante, sudorífico, hipotensor, espasmolítico, anticonvulsivante, antirreumático tópico, por el aceite esencial.
El aceite esencial no debe ser empleado durante el embarazo, la lactancia, ni en niños menores de dos años, es tóxico sobre el sistema nervioso central.