Heredera de los círculos culturales de la época e impulsada por artistas como Ignacio y José Vergara, que ya habían organizado una escuela en su taller, Cristóbal Valero o Luis Domingo, la entidad pretendía superar el carácter gremial, arrastrado desde la Edad Media, por una formación más intelectual.
Esta academia tomo como modelo la de San Fernando de Madrid y también nació estrechamente vinculada a la monarquía.
Se la denominó Santa Bárbara en honor a la esposa de Fernando VI, Bárbara de Braganza.
En su creación contó con el respaldo de las instituciones valencianas.
Sin embargo, se extinguió en apenas siete años al quedar eclipsada, en buena medida, por la institución madrileña y por la muerte de la reina, su principal valedora.