Abadía territorial de San Mauricio

Se trata de una abadía territorial latina inmediatamente sujeta a la Santa Sede.

Desde su origen y hasta el siglo IX se practicaba la laus perennis, o salmodia perpetua.

Los monjes fueron entonces sustituidos por canónigos regulares que adoptaron la regla de san Agustín en 1128.

Este edificio habría desaparecido en el corrimiento de tierra del monte Tauredunum ocurrido en 562 o 563.

De hecho en este lugar sagrado se prohibieron edificaciones civiles hasta el siglo XI (Ut de loco quem morte Theboei martyres et effusione sanguinis...ornaverant, promiscui vulgi habitatio commista tolleretur...Igitur visum est ut remotis familiis secularibus...); en aquella época, el pueblo de San Mauricio (burgum sancti Mauritii) y el hospital Santiago (Dedit Sancto Mauritio ad hospital) se extendían dentro de un recinto cerrado por murallas y estaban separados del monasterio por unas tierras cultivadas, tal y como se describe en unas cartas otorgadas en 1003 y 1046 (Casale unum in burgo Sancti Mauritii para el pueblo, mansum unum in Agauno loco in plano para el hospital).

Señala que esta legión, denominada «Feliz», estaba acantonada en Tebas (Egipto) antes de ser trasladada a Aelia Capitolina, la actual Jerusalén, donde tres de sus principales oficiales, Mauricius, Experius y Candidus, habían sido convertidos al cristianismo por el obispo Himeneo.

[4]​ Fue Teodoro de Sion, primer obispo del Valais a finales del siglo IV cuyo obispado tenía su sede en Martigny —antiguamente Octoduro—, quien fundó el primer santuario cristiano en 381 al trasladar allí los restos mortales de los mártires, en una capilla dedicada a San Mauricio y a sus compañeros masacrados, que fue ampliada en los últimos años de aquel siglo.

Aquel santuario albergaba los restos mortales de San Mauricio, mártir del siglo IV del que la localidad, llamada entonces Agauno (en latín: Agaunum), adoptó posteriormente el nombre para llamarse San Mauricio.

La asamblea duró 16 días para que se terminara de elaborar el reglamento del monasterio.

[10]​ Segismundo dotó la abadía de bienes considerables para que los monjes pudieran dedicarse por completo a la salmodia.

Presa del remordimiento, el monarca se encerró en el monasterio de Agauno para expiar su crimen.

Las «bandas» se llamaban Lerina, Granensis, Insolana, Jurensis y Domni Probi, estando esta última compuesta por los antiguos monjes de Agauno.

[4]​ Durante los tres siglos siguientes el monasterio vivió un período de esplendor y 32 abades se sucedieron en su dirección.

El monasterio habría albergado un importante taller de orfebrería románica en los siglos XII y XIII.

En 1693, un incendio destruyó casi por completo los edificios abaciales que fueron reconstruidos a principios del siglo XVIII.

La unión con la sede titular de Belén duró hasta 1970, cuando el papa nombró abad sin carácter episcopal a Henri Salina y el título permaneció con el abad emérito Lois-Séverin Haller hasta su muerte en 1987.

Los dos últimos abades, Joseph Roduit y el actual, Jean César Scarcella, no tienen carácter episcopal.

Masacre de la legión tebana (detalle de un relicario del tesoro de la abadía)
Baptisterio de San Mauricio del siglo VI , descubierto en las obras de rehabilitación de mediados del siglo XX
Acta de donación del rey de Borgoña Rodolfo III a la abadía de San Mauricio de Agauno (15 de febrero de 1018)
Claustro de la abadía reconstruido en 1946