Índice de compromiso con el desarrollo

El CDI evalúa los esfuerzos en siete áreas de política: ayuda, comercio, inversión, migración, medio ambiente, seguridad, y tecnología.

En 2016, el CDI consideró a Finlandia el país del mundo más amistoso para el desarrollo, seguido por Dinamarca, Suecia, Francia y Portugal.

Polonia, Japón y Suiza se estimaron los peores, en parte por sus elevadas barreras comerciales.

[3]​ El índice se publicó anualmente de forma conjunta con esta revista hasta 2006, y desde entonces, solo por el CGD.

El CDI originalmente ordenaba a 21 países; Corea del Sur se añadió en 2008 y cinco países europeos adicionales se adjuntaron en 2012: República Checa, Hungría, Luxemburgo, Polonia y Eslovaquia.

En 2008 se publicaron también índices regionales de compromiso con el desarrollo, que valoraban las políticas de los gobiernos donantes y los compromiso con regiones concretas del mundo, como África subsahariana y América Latina.

Este componente recompensa las políticas que promuevan la creación y difusión de innovaciones valiosas para países en desarrollo.

Premia las subvenciones estatales a la Investigación y desarrollo (I+D), ya sean mediante gasto directo o desgravaciones fiscales, mientras que de la I+D militar descuenta la mitad.

El CDI se ajusta por tamaño para comparar en qué medida los países están aprovechando su potencial para ayudar.

[9]​ Este ministerio argumenta que varias categorías pueden resultar extemporáneas cuando se miden las contribuciones a la reducción de la pobreza.

También se cuestiona la ponderación igual de los componentes en el índice: el CDI no tiene en cuenta los diferentes grados de impacto, asumiendo así que la migración y la ayuda exterior tienen efectos iguales en el desarrollo.

Para continuar la conversación, David Roodman respondió en un correo de blog a tales comentarios.

[10]​ Los expertos también han escrito artículos sobre cómo mejorar el CDI y propuesto medidas similares.