La gestión integral de medicamentos (GIM) es el proceso de brindar servicios clínicos destinados a garantizar que los medicamentos de un paciente (incluidos los recetados, los de venta libre, las vitaminas, los suplementos y los alternativos) se evalúen individualmente para determinar que tengan una razón adecuada para su uso, sean eficaces para tratar su respectiva condición médica o ayudar a alcanzar objetivos clínicos o del paciente definidos, sean seguros considerando las comorbilidades y otros medicamentos que se estén tomando, y que el paciente pueda tomarlos según lo previsto sin dificultad. [1] [2] [3] [4] [5]
Por lo general, el CMM lo realiza directamente un farmacéutico en un entorno clínico, en colaboración con otros proveedores de atención médica, incluidos proveedores de atención primaria, coordinadores de atención de enfermería, trabajadores sociales, dietistas, educadores en diabetes, salud conductual y más. Los farmacéuticos que realizan CMM generalmente tienen un acuerdo de práctica colaborativa con un médico en su lugar de práctica, lo que les permite recetar y ajustar medicamentos para varias afecciones crónicas, como presión arterial alta, diabetes, colesterol alto, asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, manejo de anticoagulantes y abandono del hábito de fumar, entre otras. [6] [7]
Además de evaluar los medicamentos de un paciente en su estado actual, el farmacéutico que brinda CMM trabajará con el paciente para desarrollar objetivos para la utilización de la terapia farmacológica y programar un seguimiento continuo para garantizar que se cumplan estos objetivos. [4] [6] Un componente clave de CMM es el enfoque centrado en el paciente, que se refiere al proceso por el cual el paciente comprende y acepta los objetivos de la terapia y participa activamente en el plan de atención. [5] [6]