El velamen o velamen radicum ("cubierta de las raíces" en latín) es una epidermis esponjosa y múltiple que recubre las raíces de algunas plantas epífitas o semiepífitas, como las orquídeas y las especies de Clivia .
El velamen de una orquídea es la cubierta blanca o gris de las raíces aéreas (cuando están secas, y generalmente más verde cuando están húmedas como resultado de la aparición de estructuras fotosintéticas subyacentes). Tiene muchas capas de células de espesor y es capaz de absorber la humedad atmosférica y los nutrientes, pero su función principal puede ser la de proteger las células subyacentes contra los dañinos rayos UV (Chomicki et al., 2015).
A menudo, las raíces de las orquídeas se asocian con hongos o bacterias simbióticas ; estas últimas pueden fijar nutrientes del aire. Esta funcionalidad permite que la orquídea exista en lugares que le proporcionen una ventaja reproductiva o vegetativa, como una mejor exposición o una menor competencia con otras especies de plantas.
El velamen también cumple una función mecánica: protege los tejidos vasculares de la corteza de la raíz, resguarda la raíz de la pérdida de agua por transpiración y, en muchos casos, adhiere la planta al sustrato.
La raíz típica de una orquídea tiene una estela de diámetro relativamente pequeño. Está rodeada por una corteza que está envuelta por una exodermis altamente especializada, la mayoría de la cual, en la madurez, no contiene protoplasma. Sin embargo, unas pocas células están vivas y permiten el paso del agua a través de ellas. La exodermis está rodeada por un velamen, que consiste en una o varias capas de células, que pueden desarrollar pelos radiculares en condiciones ambientales adecuadas.
El velamen surge de la punta de la raíz por división de un tejido especial. Las células muertas del velamen difunden la luz, lo que le da un aspecto gris, excepto en las puntas, donde se hace visible la clorofila. Al absorber agua, las células muertas se vuelven transparentes y todo el tejido del velamen aparece entonces verde.