" Un lugar embrujado " es el último cuento del segundo volumen de la primera colección de cuentos de Nikolai Gogol , Tardes en una granja cerca de Dikanka (1832).
Al igual que el cuento final del primer volumen, " La carta perdida: un cuento contado por el sacristán de la iglesia de N... ", está contado por un exuberante narrador cosaco , el viejo sacristán Foma, quien dice que la historia trata sobre su abuelo.
El abuelo de Foma se dedica a cultivar melones y pasa la mayor parte del tiempo en una chabola cercana, disfrutando de los grupos de carros que pasan con diversos artículos. Un día, mientras discute asuntos con algunos carreteros que pasan por allí, su abuelo decide superar a Foma y a su amigo en el baile. Lo hace bastante bien hasta que llega a un punto en el jardín donde parece que no puede moverse y se le ponen rígidas las piernas. Maldice al diablo y prueba suerte de nuevo.
De repente, es transportado a una zona diferente que parece ser el jardín del sacerdote local. Llega a una lápida que brilla y la marca con un palo creyendo que hay un tesoro debajo en algún lugar. Cuando llega a casa, no habla de lo que pasó y se aventura al día siguiente a buscar el lugar. Cuando llega al jardín del sacerdote, no puede ver la lápida sobre el tesoro enterrado y maldice al diablo nuevamente por engañarlo.
Al día siguiente, el abuelo de Foma explora el lugar donde no pudo bailar el día anterior y descubre que ese lugar es capaz de transportarlo mágicamente al cementerio donde está marcada la tumba. Cava y encuentra un caldero, mientras un pájaro, una oveja y un oso se burlan de él y repiten de manera horrorosa lo que él dice. Después de encontrar el tesoro, el diablo intenta aterrorizarlo nuevamente haciéndole parecer que está debajo de un precipicio listo para caer sobre él con una cabeza monstruosa asomando por detrás. Sin embargo, no se asusta y se lleva el caldero a casa.
Su esposa, pensando que los niños están detrás de él cuando se acerca a ella, arroja agua sucia detrás de él, cubriéndolo con restos de melón. Les cuenta lo que encontró, pero cuando abre el caldero encuentra suciedad y desde ese día en adelante nunca más confía en el diablo y se persigna cada vez que llega a un lugar donde se dice que hay algo malo. Cerca el área donde no puede bailar y hace que todos arrojen toda la basura y las hierbas que recogen en el lugar.