El tráfico marítimo de drogas en América Latina es el principal medio de transporte de las drogas ilegales producidas en esta región hacia los mercados de consumo mundiales. La cocaína es la principal droga ilegal que se contrabandea a través de las rutas marítimas porque todo su cultivo y producción se concentra en la región andina de América del Sur. [1] [2]
El contrabando de drogas a través del mar es un problema de seguridad para todos los países de la región. [2] [3] Las organizaciones de narcotraficantes han desarrollado diversos sistemas complejos para el transporte y distribución de drogas ilegales, donde varios países de la región sirven como puntos de contacto para la distribución de productos ilegales por tierra, aire o mar.
Se estima que el 90% de la cocaína producida en la región Andina es transportada en algún momento por vía marítima. [4]
Los primeros datos sobre el tráfico marítimo de drogas desde América Latina hacia el principal mercado de consumo de drogas en las Américas: Estados Unidos de América son de la década de 1960 cuando la Guardia Costera de ese país registró un aumento exponencial en las incautaciones de marihuana. [5] La misma era introducida por vía marítima en las rutas del Caribe por donde barcos pesqueros y lanchas rápidas hacían su ingreso al territorio continental de Estados Unidos. [5]
En 1976 se registró la primera incautación de cocaína en las costas de Estados Unidos y se registró el incremento de barcos con droga en el Océano Pacífico. [5] Mientras que en 1980 se iniciaron las primeras rutas transatlánticas para el contrabando de cocaína hacia Europa que tienen como puertos de entrada los puertos de Cataluña y Galicia en España. [2] [6]
A partir de 1990 con el fin del auge de los cárteles colombianos y la sustitución de los cárteles mexicanos, se produce un aumento de los envíos a las costas centroamericanas y las costas mexicanas [2] por donde la mayoría de los cargamentos de droga provenientes de Sudamérica, en su mayoría cocaína, logran llegar por tierra a los Estados Unidos. [2] Esto ha desencadenado una serie de acciones violentas entre las organizaciones narcotraficantes por el control del flujo de drogas en los puertos mexicanos. [7]
Las rutas para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos y Europa Occidental, los principales mercados para las drogas producidas en América Latina son tres: la ruta del Pacífico, la ruta del Caribe y la ruta del Atlántico. Las organizaciones de narcotraficantes continúan haciendo escala en diferentes países de Centroamérica ya sea para reabastecerse o transportar por tierra el producto hasta la frontera de Estados Unidos con México en sus rutas directas a Estados Unidos. [8] En sus rutas hacia Europa navegan hasta el Caribe donde transbordan los narcóticos a barcos comerciales o buques de mayor alcance que tienen rutas directas a los principales puertos de entrada en Europa como los de Holanda y Bélgica en el Norte y España y Portugal en el Sur. [9] También, se han reportado decomisos de drogas en los puertos de Reino Unido e Irlanda. [10]
La ruta del Caribe, a pesar de haber sido utilizada anteriormente como punto de incursión para introducir drogas a Estados Unidos por su cercanía con el Estado de Florida, [11] actualmente sirve como punto de tráfico donde aproximadamente el 40% de la cocaína destinada al mercado europeo hace escala para ser transbordada a otros barcos que parten hacia el oeste africano o directamente a los puertos europeos teniendo como principales entradas los puertos de Inglaterra, Holanda, Portugal y España. [12]
En esta ruta, los principales puertos de salida del narcotráfico son Colombia, Perú y Ecuador, [1] la ruta ha sido favorecida por los traficantes al ser una ruta directa a Estados Unidos, o a puertos mexicanos en donde finalmente son transportados a la frontera México-Estados Unidos. [2] [13] La esencia de esta ruta es que las organizaciones traficantes también pueden utilizarla para desembarcar en los países centroamericanos para trasladarlo a rutas terrestres u otras embarcaciones con mayor capacidad de transporte. [3] El caso de Panamá es el más relevante por su importancia estratégica en el comercio internacional en donde los criminales de las organizaciones escabullen en embarcaciones comerciales con mayor capacidad sus productos para brindar un camuflaje mezclando el tráfico legal de mercancías. [3] [2] Otra característica de esta ruta es que también desde los puntos designados se tienen rutas directas a la región del Pacífico de Asia y Oceanía en donde se ha visto un crecimiento sustancial en el consumo de drogas producidas en América Latina. [14]
Esta ruta, utilizada principalmente por el narcotráfico, se basa en la salida de cargamentos desde los países del cono sur del continente americano con rutas que tienen como destino primordialmente África, la cual es alimentada generalmente por buques que parten de Brasil por su cercanía a este continente. [15] Así como también se han registrado buques saliendo de puertos de Argentina y Uruguay donde el destino es Europa. [12]
Las redes que han creado las organizaciones del crimen organizado son complejas porque están en constante evolución junto con las acciones que implementan las autoridades para detectar los cargamentos de droga. [16] Sin embargo, estas organizaciones criminales tienden a mejorar sus procesos y a encontrar de manera creativa formas más sutiles e ingeniosas de ocultar los cargamentos de droga dentro de las diferentes embarcaciones que utilizan para mover cientos de toneladas al año por los mares de América Latina. [16]
Junto a esto que ya supone un riesgo para la seguridad marítima internacional debido a que el tráfico de carga en los mares no se encuentra debidamente supervisado, [16] se debe añadir la falta de seguridad que puede considerarse laxa en los puertos de destino donde existen otras cadenas de distribución que pueden ser corrompidas por estas organizaciones. [16] A pesar de los constantes intentos de las fuerzas de seguridad por reducir la demanda de drogas al tiempo que tratan de cortar el suministro de drogas a los países consumidores, las organizaciones de narcotraficantes han recurrido a creativas técnicas de contrabando e introduciendo cargamentos de droga junto con las mercancías legales donde finalmente son recuperadas para su distribución en los países de destino. [2]
Entre otros métodos para contrabandear cargamentos de droga se encuentran:
El tráfico marítimo de drogas ha tenido un gran impacto dentro de los países latinoamericanos, el contrabando de drogas no ha sido dimensionado adecuadamente, por lo que los países involucrados han recurrido a diferentes mecanismos de cooperación internacional para reducir el tráfico en las regiones marinas de América Latina, donde las operaciones de inteligencia y los sistemas de información compartidos han sido las principales herramientas para la mitigación de esta actividad. [19]
Así, las respuestas de las fuerzas han variado ampliamente a lo largo de la lucha contra las drogas, donde se destacan las operaciones coordinadas entre los países involucrados, como la Operación Martillo , [20] la Operación Lionfish III, [21] y la Operación Panamá Express . [22]
Los engranajes legales con los que operan actualmente los países para realizar operaciones navales con el fin de combatir el tráfico de drogas se encuentran en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR) en los artículos 27 y 108 mientras que la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas en su artículo 17 establece las limitaciones en la persecución de embarcaciones que estén relacionadas con el narcotráfico.
Artículo 27, apartado d), de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar :
La jurisdicción penal del Estado ribereño no debe ejercerse a bordo de un buque extranjero que pase por el mar territorial para detener a cualquier persona o realizar cualquier investigación en relación con cualquier delito cometido a bordo del buque durante su paso, salvo únicamente en los casos siguientes: (d) si tales medidas son necesarias para la represión del tráfico ilícito de estupefacientes o sustancias psicotrópicas. [23]
El artículo 108 de la misma Convención establece:
1. Todos los Estados cooperarán en la represión del tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias sicotrópicas realizado por buques en alta mar en contravención de las convenciones internacionales [23]
El artículo 17 incisos 3 y 4 de la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas establece que:
3. Toda Parte que tenga motivos razonables para sospechar que un buque que ejerce la libertad de navegación de conformidad con el derecho internacional y que enarbola el pabellón o exhibe marcas de matrícula de otra Parte se dedica a tráfico ilícito podrá notificarlo al Estado del pabellón, solicitar la confirmación de la matrícula y, si se confirma, pedir autorización al Estado del pabellón para adoptar las medidas apropiadas con respecto a ese buque.
4. De conformidad con el párrafo 3 o de conformidad con los tratados vigentes entre ellas o de conformidad con cualquier acuerdo o arreglo alcanzado de otro modo entre esas Partes, el Estado del pabellón podrá autorizar al Estado solicitante a, entre otras cosas: a) Abordar el buque; b) Registrar el buque; c) Si se encuentran pruebas de participación en tráfico ilícito, adoptar las medidas apropiadas con respecto al buque, las personas y la carga a bordo.
2. Todo Estado que tenga motivos razonables para creer que un buque que enarbola su pabellón se dedica al tráfico ilícito de estupefacientes o sustancias sicotrópicas podrá solicitar la cooperación de otros Estados para reprimir dicho tráfico. [24]
Los engranajes legales a nivel internacional dificultan la interceptación de buques involucrados en el tráfico de drogas sin autorización previa del Estado donde se encuentra registrada la embarcación. [25] Esto constituye un obstáculo en la lucha contra el narcotráfico en el mar por lo cual diferentes países han implementado una serie de medidas legales y acuerdos bilaterales para intervenir de manera fortuita y en un espíritu de cooperación con otras naciones para reducir el tráfico en los mares, aquí quien se destaca en la implementación de acuerdos con otras naciones es Estados Unidos al tener acuerdos con países del Caribe y Sudamérica para intervenir buques de estas naciones sospechosos de traficar drogas. [25]