La cultura totonaca o cultura totoneca fue una cultura que existió entre el pueblo indígena totonaca mesoamericano que habitaba principalmente en Veracruz y el norte de Puebla . Originalmente, formaban una confederación de ciudades, pero, en épocas posteriores, parece que se organizaron en tres señoríos: Norte, Sur y Serranía. [1] Su economía era agrícola y comercial. Contaban con grandes centros urbanos como: El Tajín (300–1200), que representa el auge de la cultura totonaca, Papantla (900–1519) y Cempoala (900–1519).
Los tres centros o tres corazones de su cultura sobresalen por la muy variada cerámica, la escultura en piedra, la arquitectura monumental y la avanzada concepción urbana de las ciudades. Son admirables los avances y la perfección de las formas logradas en la producción de yugos, palmas, hachas, serpientes, caritas sonrientes y monumentales esculturas de barro.
Según el Diccionario de la Lengua Náhuatl o Mexicana, el término totonaca es el plural de totonacatl y se refiere a los habitantes de la provincia de Totonacapan . Algunos autores han señalado que el término “totonaco” significa “hombre de tierra caliente”. En la lengua totonaca esta palabra está compuesta por los términos tu’tu o a’ktu’tu haciendo referencia al número “tres” y nacu que significa “corazón”. Los totonacas utilizan este término en el sentido de que Cempoala, Tajín y el Castillo de Teayo son los tres centros representativos del grupo.
Los antiguos totonacas se desarrollaron en la parte central de Veracruz y hacia el Clásico Tardío , su área de ocupación alcanzó al sur hasta la cuenca del río Papaloapan , al oeste hasta los municipios de Acatlán estado de Oaxaca , Chalchicomula estado de Puebla, el Valle de Perote, las sierras de Puebla y Papantla y las tierras bajas del río Cazones . Lo más relevante de la cultura totonaca se alcanzó durante el Clásico Tardío cuando construyeron centros ceremoniales como El Tajín, Yohualichán , Nepatecuhtlán, Las Higueras, Nopiloa y Zapotal. Esta zona es conocida como el Totonacapan , el sufijo náhuatl -pan (sobre) hace referencia a "lugar" o "tierra".
En 1519 se llevó a cabo una reunión entre 30 pueblos totonacas en la Ciudad de Cempoala . Esto sellaría para siempre su futuro y el de todas las naciones mesoamericanas. Se trata de la alianza que establecieron con el conquistador español Hernán Cortés para marchar juntos a la conquista de Tenochtitlan . Los totonacas aportaron voluntariamente 1300 guerreros al poder de Cortés, [2] que, por otra parte, estuvo acompañado por unos 500 españoles. [3] Los motivos de la alianza fueron liberarse del yugo mexica. Una vez lograda la derrota del Imperio mexica, los totonacas, incluidos los de Cempoala, quedaron al mando del Imperio español , y luego evangelizados y en parte aculturizados por las primeras y posteriores autoridades virreinales mexicas.
Fueron convertidos en siervos de los españoles bajo el sistema de encomiendas , pasando a ser siervos de los colonos indígenas y caciques, particularmente en el naciente cultivo de la caña de azúcar, durante el gobierno de Nuño de Guzmán . [4] Poco tiempo después, Cempoala quedó deshabitada y su cultura extinguida y olvidada. La antigua cultura totonaca fue descubierta nuevamente a finales del siglo XIX por el arqueólogo e historiador mexicano Francisco del Paso y Troncoso . [5]
Al parecer, los totonacas formaban parte del Imperio Tula y a partir de 1450 fueron conquistados por los nahuas de la Triple Alianza Azteca y se unieron a las tropas.
Actualmente, habitan 26 municipios del norte del Estado de Puebla y 14 municipios del norte del Estado de Veracruz, en México, y conservan su lengua y costumbres ancestrales. [5]
Los totonacas, como todas las civilizaciones de Mesoamérica, eran politeístas. El culto principal se lo rendía al Sol, con sacrificios humanos; además, adoraban a la Diosa del Maíz, que era la esposa del Sol, sus sacrificios no eran humanos, ya que “Ella los detestaba”, en cambio, ofrecían sacrificios de animales y ofrendas de hierbas y flores. Otra divinidad importante era el “Viejo Trueno”, el “Dueño de todas las aguas, pero no de la lluvia”, quería inundar el mundo, pues las personas que se ahogaban se convertían en sus sirvientes.
Confeccionaban su ropa con textiles de fibras naturales. La prenda tradicional de las mujeres totancas era el huipil, un vestido bordado, ancho y largo, que aún se usa entre las mujeres totonacas actuales. Los hombres usaban únicamente un taparrabos.
Sus casas consistían en una sola habitación rectangular, en la que, sin divisiones, se encontraban muebles sencillos y escasos de madera. La habitación tenía techo de paja o de hojas de palma y las estructuras de las paredes eran de palos gruesos.
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