Un topónimo perdido es un nombre dado a un lugar que ya no se conoce ni se puede identificar. [1]
Por ejemplo, en 1618 la tripulación del Mauritius exploró un río en el noroeste de Australia, al que llamaron Willems Revier ("Río de Willem"). Sin embargo, hoy no se sabe qué río exploraron, por lo que el río Willems no puede ubicarse en un mapa actual. Por lo tanto, el río Willems es un topónimo perdido.