El domingo 20 de febrero de 2005 se celebró en España un referéndum sobre el Tratado por el que se establece una Constitución para Europa. [1] La pregunta formulada fue "¿Aprueba usted el Tratado por el que se establece una Constitución para Europa?" . El referéndum consultivo sobre la ratificación del proyecto de Constitución para la Unión Europea fue aprobado por el 81,8 % de los votos válidos, aunque la participación fue de sólo el 41,8%, [2] [3] [4] la más baja desde el final de la era franquista. [5]
El referéndum no fue jurídicamente vinculante para el gobierno, pero allanó el camino para la ratificación parlamentaria del tratado constitucional, lo que tuvo lugar en el Congreso de los Diputados el 28 de abril de 2005, con un resultado de 319 a 19 a favor de su aprobación, y en el Senado español el 18 de mayo de 2005 con un resultado de 225 a 6.
Tanto el gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) como el principal partido de la oposición, el Partido Popular (PP), hicieron campaña por el "Sí". A ellos se unieron el Partido Nacionalista Vasco (EAJ-PNV) y el nacionalista catalán Convergencia y Unión (CiU). Entre los partidos que hicieron campaña por el "No" estaban Izquierda Unida (IU), el Bloque Nacionalista Galego (BNG), Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), Iniciativa per l'Verdes de Cataluña (ICV), el socialdemócrata Consell Aragonés (CHA), el nacionalista socialdemócrata vasco Eusko Alkartasuna y la Confederación Sindical Intersindical Galega (CIG) y la CGT .
En medio de una apatía generalizada en torno al tratado constitucional y de una ignorancia de su contenido (en una encuesta del gobierno, el 90% de los votantes admitió tener poco o ningún conocimiento de sus disposiciones), el gobierno contrató a celebridades para que leyeran extractos del texto en emisiones diarias de televisión , y se enviaron cinco millones de copias (sin anexos) con los periódicos dominicales. Si bien muchos pensaban que el resultado del referéndum era una conclusión inevitable, se temía que la participación pudiera ser tan baja como del 40 al 50% del electorado. Así resultó ser.
A finales de enero de 2005, varias organizaciones que hacían campaña por el "No" se quejaron ante la Comisión Electoral Nacional, una entidad independiente, de la campaña de información planeada por el gobierno:
En respuesta a estas quejas, la Comisión dictaminó que la campaña del gobierno debía ser puramente informativa y prohibió varios de sus lemas de campaña:
La campaña que llevará a cabo el Gobierno en el marco del presente proceso de referéndum debe informar objetivamente sobre el contenido del Tratado… Todos los juicios de valor y eslóganes utilizados anteriormente en la televisión, en los sitios web y en otros medios de comunicación, por ejemplo, "Somos los primeros con Europa", y las declaraciones que podrían, directa o indirectamente, influir en la posición o actitud de los ciudadanos, deben ser eliminados.