En la filosofía escolástica , " quiddidad " ( / ˈkwɪdɪti / ; latín : quidditas ) [ 1 ] era otro término para la esencia de un objeto, literalmente su " qué" o "lo que es" .
El término "quiddidad" deriva de la palabra latina quidditas , que fue utilizada por los escolásticos medievales como traducción literal del término equivalente en griego de Aristóteles a ti ên einai (τὸ τί ἦν εἶναι) [2] o "lo que iba a ser (una cosa dada)".
La quiddidad describe las propiedades que una sustancia particular (por ejemplo, una persona) comparte con otras de su tipo. La pregunta "¿qué (quid) es?" pide una descripción general a modo de puntos en común. Esto es quiddidad o "qué" (es decir, su "lo que es"). Los filósofos escolásticos solían contrastar la quiddidad con la haecceidad o "esteidad" de un elemento, que se suponía que era una característica positiva de un individuo que lo hacía ser este individuo y ningún otro. Se utiliza en este sentido en el poema "Quiddity" del poeta británico George Herbert . Ejemplo: ¿Qué es un "árbol"? Solo podemos ver árboles específicos en el mundo que nos rodea: la categoría "árbol", que incluye a todos los árboles, es una clasificación en nuestras mentes, no empírica ni observable. La quiddidad de un árbol es el conjunto de características que lo convierten en un árbol. A esto a veces se lo denomina "arborismo". Esta idea cayó en desuso con el auge del empirismo, precisamente porque la esencia de las cosas, aquello que las hace lo que son, no se corresponde con ninguna observación del mundo que nos rodea y tampoco se puede llegar a ella por medios lógicos.