La reconstrucción lingüística es la práctica de establecer las características de una lengua ancestral no comprobada de una o más lenguas determinadas. Hay dos tipos de reconstrucción:
Los textos que tratan sobre la reconstrucción lingüística suelen anteponer las formas reconstruidas con un asterisco (*) para distinguirlas de las formas atestiguadas.
Una palabra certificada a partir de la cual se reconstruye una raíz en la protolengua es un reflejo. De manera más general, un reflejo es el derivado conocido de una forma anterior, que puede ser atestiguada o reconstruida. Los reflejos de la misma fuente son cognados .
En primer lugar, las lenguas que se cree que surgieron de una protolengua común deben cumplir ciertos criterios para poder agruparse; este es un proceso llamado subgrupo. Dado que esta agrupación se basa puramente en lingüística, se deben analizar manuscritos y otra documentación histórica para lograr este paso. Sin embargo, no se debe asumir que las delimitaciones de la lingüística siempre se alinean con las de la cultura y la etnicidad. Uno de los criterios es que los lenguajes agrupados suelen ejemplificar la innovación compartida. Esto significa que las lenguas deben mostrar cambios comunes realizados a lo largo de la historia. Además, la mayoría de los idiomas agrupados tienen retención compartida. Esto es similar al primer criterio, pero en lugar de cambios, son características que se han mantenido iguales en ambos idiomas. [1]
Debido a que la lingüística, como en otras áreas científicas, busca reflejar la simplicidad, un principio importante en el proceso de reconstrucción lingüística es generar el menor número posible de fonemas que correspondan a los datos disponibles. Este principio vuelve a reflejarse a la hora de elegir la calidad sonora de los fonemas, ya que se prefiere aquella que produce menores cambios (con respecto a los datos). [2]
La reconstrucción comparada hace uso de dos principios bastante generales: el principio de la mayoría y el principio del desarrollo más natural. [3] El principio de la mayoría es la observación de que si un conjunto afín muestra un determinado patrón (como una letra repetida en posiciones específicas dentro de una palabra), es probable que este patrón se haya conservado de su lengua materna. El Principio de Desarrollo Más Natural establece que algunas alteraciones en las lenguas, diacrónicamente hablando, son más comunes que otras. Hay cuatro tendencias clave:
El Principio de la Mayoría se aplica para identificar la pronunciación más probable del étimo predicho, la palabra original de la que se originaron los cognados. El Principio de Desarrollo Más Natural describe las direcciones generales en las que las lenguas parecen cambiar y por eso uno puede buscar esos indicadores. Por ejemplo, a partir de las palabras cantar (español) y chanter (francés), se puede argumentar que debido a que las oclusivas fonéticas generalmente se convierten en fricativas, el cognado con la oclusiva [k] es más antiguo que el cognado con la fricativa [ʃ] y por eso el primero es más probable que se parezca más a la pronunciación original. [3]