La sensación de no poder respirar puede provocar ansiedad y puede quedar dolor residual del golpe original, pero la afección suele desaparecer espontáneamente en uno o dos minutos. [4] Las víctimas de un episodio tan "tormentoso" suelen gemir de forma forzada hasta que recuperan la respiración normal. Aflojar las prendas restrictivas y flexionar las caderas y las rodillas puede ayudar a aliviar los síntomas. [1] [2]
Referencias
^ ab McGown, Andy T. (1 de enero de 2004). "Traumatismo abdominal y torácico cerrado". Revista internacional de terapia y entrenamiento atlético . 9 (1): 40–41. doi :10.1123/att.9.1.40. ISSN 1078-7895.
^ ab Intravia, Jessica M.; DeBerardino, Thomas M. (1 de abril de 2013). "Evaluación del traumatismo abdominal cerrado". Clínicas de medicina deportiva . 32 (2): 211–218. doi :10.1016/j.csm.2012.12.001. ISSN 0278-5919. PMID 23522502.
^ "¿Qué pasa cuando te quedas sin aliento?". BBC News . 28 de septiembre de 2005.
^ Barrett, Cassie; Smith, Danny (agosto de 2012). "Reconocimiento y tratamiento de lesiones abdominales en eventos deportivos". Revista internacional de fisioterapia deportiva . 7 (4): 448–451. ISSN 2159-2896. PMC 3414076 . PMID 22893864.