Una mina resistente a explosiones es una mina terrestre (antitanque o antipersonal) con una espoleta diseñada para ser insensible a la onda expansiva de una explosión cercana. Esta característica hace que sea difícil o imposible limpiar dichas minas utilizando técnicas explosivas de apertura de campos minados. Como resultado, el proceso de limpieza de campos minados es más lento y complejo. La resistencia a las explosiones se puede lograr de varias maneras.
En las minas terrestres con espoleta a presión , esto se logra haciendo que la espoleta reaccione de manera diferente según la duración del impulso de presión. Por ejemplo, varias minas terrestres italianas, como la VS-1.6, utilizan un sistema de aire, en el que se fuerza el aire a través de un pequeño orificio hacia una cámara de aire, cuyo inflado hace girar un collar de bloqueo y libera el percutor en el detonador. El impulso repentino del impacto o la explosión no tiene la duración suficiente para inflar la cámara y hacer girar el collar de bloqueo, mientras que la presión constante de la rueda o la oruga de un vehículo sí lo hace.
Una segunda técnica implica el uso de inclinación o tracción, en lugar de presión hacia abajo, para activar la mina. Un ejemplo de una mina que utiliza esta técnica es la Valmara 69 .
Una tercera técnica consiste en utilizar una placa de presión con una superficie pequeña pero que cubre una gran superficie, como la mina M1 . Esta técnica es menos eficaz que las dos primeras, pero mucho más sencilla de implementar.
El uso de espoletas electrónicas permite que las minas ignoren de forma inteligente las ondas de choque de la explosión, ya sea porque están diseñadas para ignorar las características de una onda de choque de la explosión o porque utilizan el campo magnético característico del objetivo para detonar la mina. Además, se pueden utilizar espoletas sísmicas para detonar minas, basándose en los sonidos característicos de los pasos o de los vehículos.