Aunque la información se compra y se vende desde tiempos antiguos, la idea de un mercado de información es relativamente reciente. La naturaleza de estos mercados aún está evolucionando, lo que complica el desarrollo de modelos comerciales sostenibles . Sin embargo, se están empezando a comprender ciertos atributos de los mercados de información, como los menores costos de participación, las oportunidades de personalización, las relaciones cambiantes con los clientes y la necesidad de orden.
Al describir la idea de los mercados de información, Mcgee y Prusak (1993) [1] señalan que las personas intercambian información, la utilizan como instrumento de poder o la intercambian por información de mayor valor. Por el contrario, Shapiro y Varian (1999) [2] señalan que los líderes históricos de los mercados de información, como los periódicos y las enciclopedias, corren el riesgo de perder sus posiciones a medida que las nuevas tecnologías reducen en gran medida el costo de crear y distribuir información. También indican que los mercados de información no se parecerán a los mercados competitivos de los libros de texto , con muchos proveedores que ofrecen productos similares pero que carecen de la capacidad de influir en los precios.
Al describir la transición de los mercados tradicionales a los de información, Simard (2005) [3] utilizó una metáfora de proveedores y usuarios autónomos que intercambian información en lugar de vendedores y compradores que intercambian bienes y servicios, respectivamente. Martin (1996) [4] indica que a medida que la fabricación pasa de la producción en masa a la personalización , el marketing debería pasar a la individualización. De manera similar, Mcgee y Prusak (1993) afirman que con la mayor capacidad de personalización, la información sobre productos y servicios se convertirá en un recurso cada vez más importante.
Hagel y Rayport (1997) [5] se centran en las relaciones con los clientes . Aunque las empresas suponen que la información sobre los clientes está disponible libremente, a medida que los clientes asuman un mayor control de esta información, es probable que el acceso se vuelva más difícil. Además, a medida que la propiedad de la información pasa al cliente, se crea una nueva fuente de suministro y pueden existir oportunidades para que los intermediarios agreguen valor al vincular este suministro con la demanda empresarial.
Aunque los mercados de información basados en la Web se parecen a los del " viejo oeste " de la época de las fronteras, Sparr (2001) [6] afirma que los gobiernos acabarán encontrando formas de intervenir con normas, derechos de propiedad y regulaciones, ya que toda actividad económica depende en última instancia del orden. Esto ha sido prácticamente siempre así en el pasado y no hay motivos para esperar que la Red sea diferente.
Para Linde y Stock (2011) [7] el mercado de la información es el mercado de información digital distribuida a través de redes. En él se comercia con todo tipo de aplicaciones de software y de contenidos (desde blogs, pasando por imágenes, películas y juegos, hasta artículos científicos y patentes). El i-commerce es el comercio electrónico con información (digital).