La microelectroforesis es un método de estudio de la electroforesis de diversas partículas dispersas mediante microscopía óptica . Este método proporciona imágenes de partículas en movimiento, lo que constituye su ventaja única, por ejemplo, la observación de glóbulos rojos, neutrófilos y bacterias. Este tipo de electroforesis se lleva a cabo en un medio cerrado y las observaciones críticas se realizan enfocando y ajustando la lente del microscopio.
La complejidad de este método está asociada con la electroósmosis generada por la influencia del campo eléctrico en las capas dobles de las paredes de la celda de muestra. En las celdas cerradas que se utilizan habitualmente, esto crea un reflujo de tipo Poiseuille , lo que genera un perfil de velocidad parabólico . Hay dos capas estacionarias, donde el fluido no se mueve. La posición de estas capas estacionarias con respecto a las paredes de la celda depende de la geometría de la celda . Es posible enfocar el microscopio en estas capas estacionarias y observar el movimiento de partículas que no se ve afectado por la electroósmosis.
La segunda complejidad surge de la necesidad de diluir la muestra, si inicialmente estaba concentrada. La concentración debe ser lo suficientemente baja para poder observar partículas individuales.
La medición en fluidos poco polares presenta problemas adicionales. Estos sistemas tienen baja conductividad eléctrica y baja permitividad dieléctrica . La movilidad electroforética es baja y esto requiere un campo eléctrico alto, de un factor 10 o superior.
Los detalles de este método se presentan en el Informe Técnico IUPAC [1] preparado por un grupo de los expertos mundiales más conocidos sobre los fenómenos electrocinéticos .