La teoría interliteraria , como parte del estudio de la comparación literaria , es un estudio del concepto de interliterariedad y comunidades interliterarias. En su corta historia, el concepto ha sido utilizado y estudiado principalmente en la erudición literaria y en Europa central y oriental, y la mayoría de los defensores de la idea se encuentran entre los formalistas rusos y los estructuralistas checos y eslovacos. [1]
En los últimos tiempos, el campo se ha expandido hacia la investigación latinoamericana, sugiriendo teorías e interpretaciones alternativas, descolonizadas y descentralizadas para las literaturas de la periferia colonizada. Estos desarrollos literarios exploran procesos de hibridación de la cultura nativa, que antes estaba separada, y una cultura externa, que ahora se combinan en identidades híbridas transculturadas. La crítica latinoamericana, al descartar el "comparatismo eurocéntrico", aborda las diferentes literaturas de América Latina como participantes del mismo sistema literario, cuyas características debían examinarse en conjunto. La crítica latinoamericana creó así su propia versión de la comunidad interliteraria supranacional de Ďurišin. [2]
El concepto se basa en la interliterariedad , cuyo término precedente, literariedad, fue acuñado por primera vez por Roman Jakobson en 1921. [1] El profesor Dionýz Ďurišin , en su Teoría del proceso interliterario , caracteriza la literariedad , que Jakobson define como un objeto de investigación literaria y no literatura, como una "cualidad básica y esencial", que trasciende los límites de la literatura individual y se transforma en interliterariedad . La interliterariedad es la "cualidad básica y esencial" de la literatura en el contexto internacional e interétnico, y con determinación ontológica , que comprende la literatura mundial como manifestación última de la interliterariedad. [1]
Ďurišin adoptó una visión según la cual la comunidad interliteraria supraétnica y supranacional, y todas sus partes constituyentes, comparten una cultura común. En contra de este concepto, algunas literaturas, como la griega moderna y otras literaturas balcánicas, estudian resueltamente la literatura como expresión de una "cultura nacional lineal". [2]
A finales de la década de 1980, se concibió un proyecto internacional Comunidades interliterarias específicas y fue dirigido por Dionýz Ďurišin, de la Academia Eslovaca. [3]