Las cataratas caninas son una causa frecuente de pérdida de visión en los perros, que con frecuencia resulta en ceguera. Las cataratas suelen producirse cuando las proteínas se descomponen en el cristalino del ojo de un perro y se agrupan, obstruyendo el paso de la luz. [1] [2] Existen varias razones por las que pueden aparecer cataratas en los perros, como la herencia, los traumatismos, el envejecimiento, la diabetes , el glaucoma y la atrofia progresiva de la retina .
Las cataratas pueden ser genéticas y presentarse en razas predispuestas a desarrollarlas. La diabetes canina es otra causa común de cataratas caninas, debido a la mayor concentración de glucosa en el cristalino, que lo hincha. Una tercera causa frecuente de cataratas caninas es el desarrollo, en el que ciertas condiciones embriológicas, como toxinas o infecciones, causan cataratas presentes al nacer. [3] Dos mutaciones diferentes en el gen HSF4 causan cataratas hereditarias en algunas razas. [4]
Los veterinarios utilizan un sistema de clasificación común para evaluar la idoneidad de un paciente para la cirugía de cataratas e informar sobre las posibles opciones de tratamiento. Es posible que una catarata no pase por todas las etapas.
Una catarata incipiente afecta una pequeña zona del cristalino y la visión se ve afectada en un pequeño grado. Una catarata inmadura implica un impacto en el cristalino de alrededor del 10 al 99 %, con impactos variables en la visión. Una catarata madura implica un cristalino totalmente afectado, con pérdida total de la visión. Finalmente, una catarata hipermadura o morganiana implica la licuefacción de la proteína del cristalino, lo que provoca un aspecto cristalizado en el ojo. Una catarata en esta etapa puede provocar un desprendimiento de retina, en el que la retina comienza a desprenderse de la parte posterior del ojo. [5]
Además, las cataratas se clasifican según su edad de aparición, dependiendo de si el perro las desarrolló de forma congénita, cuando era joven o cuando era mayor. [5]
Actualmente, el único método para eliminar con éxito una catarata y restaurar la visión es mediante cirugía. [3]
Algunas cataratas, como las incipientes, afectan la visión en un grado menor y no siempre requieren cirugía. Sin embargo, es necesario un seguimiento continuo de cualquier progresión para evaluar la posibilidad de un tratamiento posterior. Cuando se considera que es probable que una catarata progrese, se recomienda el tratamiento. [3]
La cirugía de cataratas caninas implica pequeñas incisiones en la córnea. El proceso es más intensivo que en la cirugía de cataratas en humanos, principalmente debido a que el área del cristalino en los perros es más grande que en los humanos, lo que requiere más potencia para romper la catarata, la necesidad de anestesia general y el cuidado posoperatorio que incluye medicación antiinflamatoria y gotas para los ojos. Finalmente, a diferencia de los humanos, las incisiones corneales no se sellan solas, por lo que deben suturarse después de la cirugía. Las tasas de éxito de la cirugía de cataratas caninas rondan el 80-95%, pero esto varía según la raza del perro y la clasificación de las cataratas. [3]