Las éticas centradas en el sufrimiento son aquellas concepciones de la ética según las cuales la reducción del sufrimiento es una prioridad clave o nuestro único objetivo. Las éticas centradas en el sufrimiento según las cuales la reducción del sufrimiento es una prioridad clave son concepciones pluralistas que incluyen objetivos adicionales, como la prevención de otras cosas desvalorizadas como la desigualdad, o la promoción de ciertas cosas valiosas, como el placer. Sin embargo, estas concepciones siguen priorizando la reducción del sufrimiento evitable por sobre estos otros objetivos. [1]
La "ética centrada en el sufrimiento" es un término general que incluye diferentes posiciones normativas que comparten la característica común de dar prioridad a la reducción del sufrimiento. Un tipo de visión centrada en el sufrimiento es el consecuencialismo negativo . Según este tipo de visión, deberíamos actuar de manera que generemos aquellas situaciones en las que haya menos sufrimiento. Un tipo particular de visión consecuencialista negativa es el utilitarismo negativo . Según esta visión, deberíamos tratar de generar situaciones que contengan cantidades menores de sufrimiento agregado, sumando el sufrimiento de todos como si tuviera el mismo valor (sin importar de quién sea ese sufrimiento). [2]
Sin embargo, otras éticas centradas en el sufrimiento difieren significativamente de las visiones consecuencialistas centradas en el sufrimiento. Según la ética deontológica centrada en el sufrimiento , el deber moral de reducir el sufrimiento es particularmente relevante. Por esta razón, normalmente prevalecerá sobre otros deberes morales (aunque el deber de reducir el sufrimiento podría verse prevalecido por nuestros otros deberes en ciertos casos). Además, este deber debería cumplirse incluso si alguien pudiera generar una mejor situación violándolo. [3]
Por último, existen éticas centradas en el sufrimiento que se centran en el carácter moral de un individuo. Según estas concepciones, el objetivo primordial de un agente moral debería consistir en tener un carácter moral sólido. En ciertas éticas centradas en el sufrimiento y basadas en el carácter, dicho carácter moral será el del agente moral con las actitudes y disposiciones de un reductor del sufrimiento virtuoso. Sin embargo, según otras concepciones de este tipo, será el del agente moral con las actitudes y disposiciones de un reductor del sufrimiento solidario. [4]
Algunas visiones centradas en el sufrimiento han sido categorizadas históricamente como "negativas" en la literatura filosófica. Esta nomenclatura se originó a partir de la idea de que estas visiones priorizan la reducción del valor negativo sobre la promoción del valor positivo. [5] [6] [7] Si bien el término "negativo" sigue siendo ampliamente utilizado para referirse a posiciones como el consecuencialismo negativo y el utilitarismo negativo , el uso del término "ética centrada en el sufrimiento" ha aumentado durante el siglo XXI. Una razón para este aumento es que el término "ética centrada en el sufrimiento" describe con mayor precisión los puntos en común entre la amplia gama de diferentes visiones centradas en el sufrimiento que existen actualmente. [8]
Las éticas centradas en el sufrimiento pueden diferenciarse en función del margen que dejan para promover valores distintos de la reducción del sufrimiento. En algunas éticas centradas en el sufrimiento no hay margen para los valores positivos, dado que sólo importan los negativos. [9] En cambio, otras concepciones, como las tranquilistas, son compatibles con la existencia de valores positivos. Sin embargo, en estas concepciones los valores positivos sólo tienen importancia instrumental, es decir, sólo son buenos en la medida en que previenen el sufrimiento. [10]
Según otras posturas centradas en el sufrimiento, llamadas visiones léxicas, ningún otro valor puede importar más que la reducción del sufrimiento (la lexicalidad en la teoría del valor es la idea de que ciertos valores prevalecen sobre otros). [11] Estas visiones, a diferencia de las anteriores, son compatibles con la valoración intrínseca de las cosas positivas . Sin embargo, en estas visiones, la reducción del sufrimiento siempre debería tener prioridad sobre la promoción de estas cosas positivas.
Por último, existen puntos de vista moderados centrados en el sufrimiento. Según estos puntos de vista, la reducción del sufrimiento es más importante que la promoción de otros valores y la reducción de otros disvalores, aunque la promoción de estos valores y la reducción de estos disvalores también es muy importante. [12]
Algunos filósofos han respaldado las visiones centradas en el sufrimiento porque consideran que estas son las únicas visiones que pueden resolver algunos problemas en el campo de la ética de la población , como la asimetría . Según esta asimetría, no existe la obligación de traer a la existencia a un individuo del que podamos esperar que tenga una buena vida, pero sí existe la obligación de no traer a la existencia a un individuo del que podamos esperar que tenga una mala vida. [13] [14] [15] [16] [17] Es posible explicar esta asimetría aceptando que existe la obligación de crear vidas felices, o aceptando que no existe la obligación de no crear vidas infelices. Sin embargo, ambas opciones, especialmente la última, son altamente contraintuitivas. No obstante, dado que en la ética centrada en el sufrimiento evitar la creación de sufrimiento tiene precedencia sobre la promoción de la felicidad, estas visiones pueden proporcionar una solución muy intuitiva a este problema. [18] [19]
Las concepciones centradas en el sufrimiento también dan cuenta de otra intuición muy extendida, a saber, que es permisible no beneficiar a los demás, pero que, en cambio, es obligatorio evitar causarles sufrimiento. En particular, la mayoría de las personas creen que sería incorrecto causar a un individuo desconocido el disfrute de algún placer haciendo que otro sufra un sufrimiento que es apenas ligeramente inferior en intensidad o duración. [20]
También se sostiene que existe una asimetría cualitativa entre la felicidad y el sufrimiento que justifica priorizar la reducción del sufrimiento: el sufrimiento es inherentemente urgente y, en casos graves, insoportablemente malo. En cambio, una ausencia neutral de placer o de cualquier otro valor intrínseco propuesto no constituye un problema urgente que deba ser "aliviado" de inmediato. [21] [3] [22]
Otro argumento a favor de priorizar la reducción del sufrimiento sería que el sufrimiento, incluido el sufrimiento extremo, está presente en cantidades masivas en el mundo y puede reducirse fácilmente, mientras que la dicha y el placer extremo son mucho más escasos y difíciles de causar. [23] Esta visión encuentra precedentes en las posiciones sostenidas por los budistas y por los filósofos del siglo XIX. [24] [25]