Entre 1235 y 1803 los obispos electos y confirmados papalmente de la sede de Hildesheim recibieron además poder principesco como príncipes-obispos. En 1235 parte del territorio diocesano de Hildesheim, las temporalidades episcopales y capitulares ( Stift ) se separaron del Ducado de Brunswick y Lunenburg y pasaron a ser un territorio propio de inmediatez imperial llamado Principado-Obispado de Brunswick y Lunenburg (en alemán: Hochstift Hildesheim ), vasallo del Sacro Imperio Romano Germánico . El principado-obispado era una monarquía electiva , siendo el monarca el obispo respectivo elegido habitualmente por el cabildo de la catedral de Hildesheim y confirmado por la Santa Sede , o excepcionalmente solo designado por la Santa Sede. Los obispos confirmados papalmente eran entonces investidos por el emperador con la insignia principesca , de ahí el título de príncipe-obispo . Sin embargo, en ocasiones el titular de la sede respectiva nunca obtuvo la confirmación papal como obispo (por falta de cualificación canónica, como en el caso de Fernando de Baviera y Federico de Dinamarca), pero aun así fue investido con las insignias principescas. Los respectivos titulares de la sede llevaban los siguientes títulos:
Los respectivos titulares de la sede tenían los siguientes títulos: