El Dr. Slop es un médico colérico y "partero" [1] en la novela de Laurence Sterne La vida y opiniones de Tristram Shandy, caballero (1759).
El padre de Tristram Shandy convoca al médico para que asista al inminente nacimiento de su hijo. Slop hace su primera aparición en el capítulo 34 de la novela, donde se lo describe como:
Se le describe como un curandero incompetente que llega a Shandy Hall habiendo olvidado su arsenal de "instrumentos viles" y "máquinas obstétricas", que deben ser enviadas urgentemente. Al realizar un parto con fórceps para el bebé, Slop daña la nariz del pequeño Tristram, para gran consternación de su padre, y se ve obligado a realizar una rinoplastia rudimentaria utilizando hilo de algodón y un trozo de ballena del corsé de una criada.
Sterne basó parcialmente el personaje de Slop en el Dr. John Burton (1710-1771), autor de An Essay toward a Complete System of Midwifery (1751), en el que las placas grabadas son el trabajo publicado más antiguo de George Stubbs . [2] Burton, católico y simpatizante jacobita, había caído en desgracia con el tío de Sterne, el reverendo Jacques Sterne DD, quien hizo arrestar a Burton bajo sospecha de sedición durante la rebelión de 1745.
Slop ha sido catalogado como uno de los "Diez mejores médicos malos" de la literatura. [3]
La participación del médico en el nacimiento de Tristram y la mutilación facial resultante está en consonancia con los errores obstétricos de la época. [4] Su presencia refleja un nivel general de preocupación por parte de los maridos por la seguridad de sus esposas, dadas las nociones dogmáticas y a menudo dañinas planteadas en los tratados destinados a instruir a las parteras sobre el tema, a las que los médicos no necesariamente estaban obligados. [4] El uso de fórceps por parte de los médicos es un ejemplo de ese tipo de discrepancias entre las dos partes. [4] Sin embargo, no debe olvidarse que la inclusión del Dr. Slop en el drama del parto fue resultado de la insistencia de Walter Shandy en la versión podálica del feto de Tristram. El resultado traumático del nacimiento es en última instancia indicativo de la naturaleza peligrosa del parto en ese momento, así como de la incompetencia (descuido) de quienes estaban en la vanguardia de la profesión médica.